han-jael

SOBREDOSIS

No, perdóname tú a mí,

fui yo quien te hirió

tan hondo.

Tu me amabas y yo

contradicción.

Yo venia herida,

Tu venias herido,

Metíamos los dedos

en las llagas del otro

haciendo remolinos de piel.

Que sadismo el nuestro.

Tú decías que el amor era medicina,

y yo que era mejor hacer caso al doctor,

tú decías que había que darlo todo

y yo, que una tableta

cada ocho horas seria mejor.

Eterna discusión.

Tu me perdonabas todo,

tu siempre me diste la razón,

tu, tu, tu.

Dios, pero que egoísta siempre fui.

Tú querías un futuro conmigo

 y yo anhelaba lo que ya había sido

y no te vi cuando estuviste,

no entendí cuando me hablabas

no escuche cuando cantabas.

Nada.

Perdón.