Admito que es cierto que te quise,
con la fuerza con que estallan las estrellas.
Como el mar que talla el arrecife,
así te amé yo, a ser sincera.
Acepto que tu amor fue mi lucero,
la ruta iluminaste desde adentro.
¡ Como si el fuego no existiera afuera!
Mi alma aleteaba en tu reflejo.
Mis ojos se cegaron en los tuyos,
en la complicidad de los secreto.
Más hoy, al ver mi mirada en el espejo
al fin lo comprendí, ya no son tuyos.
Los años han pasado y con su huella,
marcaron el rodar de este cariño.
Te juro que te amé con gran empeño,
poniendo el corazón en el camino.
Recuerdo que te quise con lujuria:
Con sádico deseo, casi enfermo,
con rictus de amor más que salvaje.
Pero el destino impele su viraje
y de ese placer tan desbordado,
ya solo devienen los recuerdos.
No se si tu también haz evocado
los tiempos de cálida belleza,
en comunión con el ser amado.......
Te aseguro que me hiere la tristeza.
Hoy, y pese a los recuerdos del pasado.
nos queda solamente lo rodado,
cambió el balance, se perdió la fuerza.
Te cuento que lo digo con certeza...
El delta de este amor ya se ha secado.