bonifacio

El gran pez

El pez más grande que había en el lago

No se dejaba atrapar tan fácilmente.

 

Las carnadas las conocía de memoria.

 

En su vida abundaban historias espeluznantes

De cebos muy sabrosos y excitantes

De manjares con sedantes

Con lunares y colgantes.

 

Este pez tan portentoso

Solo haría una excepción

Por algo más interesante

Que un simple pescador de orilla

O un busquilla

O un tontorrón principiante.

 

Un buen día

Se asomó por la bahía

Un yate impresionante

Y este pez que pretendía ser pescado por yatistas

Se acercó a esa carnada que sabía a urbanistas

A hedonistas

Directores financistas

Senadores

Presidentes y estadistas.

 

¡Que honor más rimbombante!

 

El ufano y orgulloso

Quiso ser el galardón

De este yate tan fastuoso.

 

Mordió el anzuelo con coraje

Y el pescador

Preocupado de su traje de etiqueta

Para irse ya a una fiesta

Vio su caña dando vueltas

De tal modo acuciante

Que agarró bien el pescante

Y recogió y recogió

Y celebró su buena suerte

Anticipadamente.

 

El gran pez había caído.

 

El

Anhelante de creerlo ya cogido

Nunca supo

Que el fue el escogido

Por su yate abismante.

 

De pronto irrumpió en ese lago

Otro yate

Pero mucho más lujoso.

 

El gran pez que era mañoso y petulante

Se soltó en un instante

Y fue en busca de una muerte más gloriosa.

 

Pero las cosas

No estaban para viernes

 

El yate aquel más ostentoso

Pasó de largo

Pues la pesca era para el

Un acto cruel e inoficioso

Que practican ociosos y arribistas.

 

El primer yate esfumóse en la neblina

Sin darse cuenta que el gran pez

Fue a parar a la cocina

De un horrendo hospital.

 

Y allí murió por ser goloso

Junto a una gallina.