bonifacio

La costilla de Adán

Adán despertó de su pereza

Y contempló el paraíso

¿Compromisos?

No tenía

¿Permisos?

No necesitaba

Bajó a la playa y un pez saltó en su olla.

 

Una joya encontró cuando volvía

Y se preguntó:

¿De qué serviría?

La arrojó y regresó a su cueva a dormir.

 

El señor que todo observaba

Meditó:

¿Igual que yo?

¿No será una humorada del demonio?

Y entró muy sigiloso

Donde Adán el muy ocioso dormitaba.

 

Roncaba como un armonio

Más bien parecía un oso.

 

Sin hacer ruido ninguno

Le sacó una costilla

Que usó como plantilla

Y fabricó a la mujer.

(¡Que oportuno!)

 

Al otro día

¡Joder!

Alguien gritaba:

¡No hay fuego en esta cueva!

¡No hay vajilla!

¡No hay escobillas!

¡No hay cortinas!

¡No hay orden!

¡No hay nada de nada!

 

Su pereza terminaba

Y el señor sonrió gozoso.