Geovani

Sin tiempos ni horarios.

 

Ventanas abiertas al bosque lleno del tiempo,

detenido por instantes en fulgurantes sueños,

recibo de tus labios tus seductores besos,

tan tiernos, llenos de amor, tan intensos.

 

Fuera de nuestra habitación caen incesantes gotas de agua,

golpean suavemente el cristal de nuestra ventana,

quieren entrar y recorrer tu cuerpo, recorrer tu alma,

llenarse de tu aroma, beberse en tu aliento, en tu calma.

 

Con mis besos quiero tu esencia beberte,

me encanta sentir tu cuerpo a mi lado,

sentirte atrapada suavemente entre mis brazos,

mirarte, llenarte de caricias, en mi vida tenerte.

 

Amarte como nadie nunca podrá hacerlo jamás,

entre miradas y caricias amarte cada día, cada noche más,

entregarnos a la pasión, a su intenso fuego,

recorrer las longitudes hermosas de tu cuerpo.

 

Nuestra alcoba está iluminada por la luz de las velas,

las sombras en la pared proyectadas juegan,

en la pasión intensa de nuestro idilio se queman,

renacen, en sus alas hacia el cielo nos llevan.

 

Fuera de nuestro lecho nos acompaña una luna de junio,

iluminando tu cuerpo transparente, desnudo y diurno,

recubierto por pequeños pétalos que caen del cielo,

cubren cada parte de ti y de mí, mientras me recuesto en tu pecho.

 

Ala primaveral, paloma de nuestros desvelos,

cada noche se presenta, junto al amor nuestro anhelo,

entretanto recorro tu cuerpo desnudo cumpliendo nuestros deseos,

percibo tu perfume, me llena de ilusiones, en la suavidad de tu piel mis ojos cierro.

 

Extíngueme en las pasiones de tu cuerpo,

en las sensaciones inquietas de nuestra pasión, de tus sueños,

en la suavidad de tu boca, en el sonido sublime de tus palabras,

en los sollozos que se quedan impresos en la ventana.

 

Promesas de mujer que llegan al mar,

de un amor eterno, que para iniciar a amarnos resulta fugaz,

amor divinizado que a tu mirada se va,

ahí se queda, se acerca a mis labios, en ellos se va.

 

Un amor escrito sin final,

lleno de las olas del mar azul espectral,

amor dormido aún estando despierto que crece como las espigas,

amor que nos atrapa aún en los inesperados rincones llenando las copas de delicia.

 

“A ti, a cada parte de tu cuerpo estoy abandonado, al amor, a tu alma, a tus besos, contigo en un naufragio, abandonado en tus tiernos y románticos brazos, en besos que nos damos desesperados, a las caricias que me brindan tus tersas manos, a todo, a ti, a tu amor sin tiempos ni horarios.”