ANEUDIS PEREZ

TARDE NUBLADA

 

TARDE NUBLADA

 

Una tarde en que nublaba el día de tristeza muerta…

me senté en el aire, buscando un ‘porque’…/ a tanta tristeza;

y sentí que nubes cargadas de agua tomaron mis ojos

y sobre mi alma comenzó a llover, no sé de que cielo.

 

Mojando mis flores, y el papel que daba

vida a mis palabras,

se mojó el amor, la vida, los sueños,

todo se empapó.

 

Y yo confundido/ por aquella lluvia

que no había pedido,

me empecé a secar;

pero ya era tarde/

porque aquellas lagrimas, las sorbía el sol

y brillaba tanto,

tanto, tanto ,tanto/ que a mi alrededor…

 

Ya no había lluvia,

todo había cambiado,

jardines nacían y un hermoso lago/

de llanto quedó,

y aves volaban, ardía la vida/

con mas esplendor.

 

Y yo sorprendido, comprendí que el llanto

a veces es mejor,

porque aunque es amargo

alimenta el alma,

y riega las rosas/ que se han marchitado

por algún dolor.

 

Y después de eso… descendí a la tierra/

envuelto en sonrisas,

mi cara lavada

y en mi corazón,

cargaba alegría,

alegría de nubes,

de nublada vida,

de tristeza muerta

y desilusión…

 

 

 

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