ceam

COMPAÑERA

   ¡Oh soledad,soledad;única compañera

de mi fría morada en estas tardes de otoño!...

  Cada tarde entras por mi ventana

y te sientas a mi mesa,

trayendo una hoja mustia,

amarillenta y seca

como las pasiones y alegrías de otro tiempo.

   Pero,cuán dulce y tierna

susurra tu voz a mis oídos,

pues tu lenguaje sin palabras

es el más perfecto en esta

fría y sensible comunión.

   Secretos y verdades,

como un libro abierto,

revisamos en silencio...

   Pero hoy tu voz es diferente.

Hoy me hablas con el lenguaje

ululante del viento,

de aquel que penetra a través de los muros

y me susurra al oído

como en un balbuceo de tumbas;

melancólico y lúgubre.

   ¿Es que acaso te he contagiado

con mi pesadumbre,

debido al largo tiempo

que hemos estado juntos,

viendo morir la tarde y

nacer la aurora,

y siempre meditando

sobre la palabra AMOR?...