Quien lo ha inventado, no sé
pero bendigo a quien haya creado,
este hermoso juego que ahora aprecié,
que es sutil poema, por pincel y pluma labrado.
Por manos celestiales liberados,
en palabras de labios sonrojados,
que se extasían de dulzura,
en vals tu silueta, aunado a mis brazos.
Corre más aprisa no te dejes atrapar,
escóndete tras mi regazo niña,
no dejes ni siquiera al aire pasar,
aunque luzca…sonrisa de cristal.
Sublime momento fue descubrir,
ese juego de enervantes, que desprenden;
tus manos perfumadas al huir,
cual beso primero… al corazón encienden.
De claveles vestías tu sonrisa,
mientras te divertías jugando en el ocaso,
entonando la bella balada amorosa,
desprendida del arpa de Orfeo…
Ven hermosa dama, a tu corazón enseñare,
el impaciente juego de besar,
que barreras, el tiempo colocase
para que mis labios, el prodigio no puede lograr.
Besa mis labios amor mío te pido,
y ya deja de jugar, que mi ser esta frío
por la indiferencia y el olvido,
y el desamor a mi alma, ha provocado el hastío.
Pero bésame, en el último suspiro
que tus besos son oxigeno puro,
para este pobre enamorado iluso,
que sus sueños en ti viven…