Jef

Cena...

En la mesa hay copas que respiran.
También velas cubiertas de polvo,
hambrientas de fuego,
de letras con alas y de vida.
Hay manecillas de reloj que golpean
la puerta de carne y hueso
en un latido recurrente.
Y un cuerpo que absorve la sangre
que brota del fondo del olvido.