ivan semilla

La tornería de Juan Martín

Lamento, tano, el uso de este medio

no tengo más remedio

que dirigirme así.

He decidido cerrar la tornería

está tan embromada la cosa por aquí,

que vendo el llerta, la chata y la casona

y parto a Barcelona, a lo del Joseluí.

Es triste, viejo, mandarte el telegrama

yo sé que hoy es un drama quedarse sin labor

pero, estos tipos te dejan en la vía

con tantas chucherías que importan de Japón.

Y los idiotas, que avalan esta historia,

son esa misma escoria

que beben un champagne

y que felices; festejan, entre todos,

porque han resuelto el modo

de no laburar más.

Lamento, tano, la forma del mensaje

pasa a buscar un sobre, por lo de la Mimí

todo te pago,

y hay algo más de guita.

Por estos años: gracias

                                tu amigo, Juan Martin.