Armando G.

Presos en el tiempo

 

El domingo es un día lánguido, muerto,

se impone el silencio exterior

sobre las calladas voces,

somos momias sin envolturas,

languidecemos en calladas posturas,

dormitamos en sueños despiertos,

hablamos y escuchamos

sin ser participes de los cuentos.

Hombres con pasados confusos,

futuros inciertos,

así transcurre el dia, largo, eterno,

los segundos son minutos,

los minutos pesan como horas,

las horas detenidas son pesadas cadenas

sosteniendo las puertas de los castillos

donde el destino define

entre lo malo y lo bueno.