ALVARO J. MARQUEZ

¡YO NO FUI!

"De aquella casa corriendo huyó/ como si lo siguiera la policía,/ pero eso seguro le sucedió/ por comer lo que no debía".

 

Su novia hermosa lo invitó un día a cenar,

Estarían presentes sus padres y hermanos,

Claro, él ni por un instante dudó en aceptar

La invitación de su pareja que era tan bella,

Pero se marchó apurado y olvidó decirle a ella

Que no podía comer nada picante ni granos.

 

La invitación se la hizo en la mañana temprano

Cuando ambos se vieron para ir a desayunar.

Era sábado y quincena, tenía dinero a la mano,

La intención de él en verdad se veía muy obvia,

Quería dejar muy satisfecha a su linda novia

Y en la noche a suegros y cuñados, impresionar.

 

Lo de los granos y el picante no era un problema,

Además él tampoco la quería incomodar con eso,

Hablaban de otras cosas, la comida no era el tema,

El tiempo durante el desayuno muy rápido se fue,

Mientras ambos riendo mucho tomaban su café

Y comían entre risas, unos pastelitos con queso.

 

Por fin llegó la noche que era tan esperada,

El novio muy puntual llegó bien temprano,

Saludó a su novia que lucía algo asustada,

A los hermanos gordos, dos tipos de peso,

A la suegra la abrazó fuerte y le dio un beso

Y al suegro lo miró serio y le dio la mano.

 

Se sentaron a la mesa todos muy complacidos

Y hasta nerviosamente callados y sonrientes,

Por momentos lucían un poco distraídos,

Reinaba en la mesa una incómoda seriedad,

A él se le ocurrió causar algo de hilaridad

A ver si así alguno mostraba los dientes.

 

Se apareció al rato la suegra muy animada

Y colocó en la mesa una suculenta comida.

Era carne, arroz, papas y una rica ensalada,

El novio asombrado observó cómo su suegra,

Se trajo una ración grande de caraota negra

Que ya en la mesa estaba para todos servida.

 

Se comió sus granos el novio tan glotón

Y dijo a la suegra que quedaron divinos,

De pronto en plena cena sintió un apretón,

Al parecer su estómago mucho no aguantó

Y el novio muy preocupado no comentó

Los retorcijones que había en sus intestinos.

 

La situación entonces   se puso muy mala,

Uno de los hermanos ocupó el único baño,

Un olor conocido pero ingrato inundó la sala

Y todos volvieron a quedarse muy callados,

Los padres de la novia miraban a los lados

Y notaban en él un comportamiento extraño.

 

Ya el olor fétido se había puesto fastidioso

Y el novio sólo pensaba que quería irse de ahí,

Todos lo miraban como principal sospechoso,

El suegro de la furia ya se parecía a Belcebú,

En silencio con los ojos le decían “fuiste tú”

Y el novio angustiado con cara de “yo no fui”.

 

A los 3 meses se celebró la boda, lindo final,

Sobre todo para que esa noche no se recuerde más,

La novia no hizo ningún caso y lo quería igual,

Los hermanos, muy alegres los muchachos,

Llegaron a la iglesia cantando como borrachos

Y los padres… ambos con su máscara de gas.