ALVARO J. MARQUEZ

GRITOS EN EL INFIERNO

La pasión que se va borra sonrisas/ y lágrimas tristes ruedan/ y en el fuego en que debían quedar cenizas,/ ya ni las cenizas quedan.

 

Estaban allí… en mi sueño los escuché

Diciendo cosas, todas respecto a mí.

No pregunten de dónde salieron, no sé,

Mencionaban un vacío en mi futuro,

Lo más negro de todo mi lado oscuro,

Ése que al parecer, ni yo aún descubrí.

 

Parecía que hablaban todos a la vez,

Era un torneo de voces muy mezcladas,

Parecía un juicio pero no había juez,

La orden parecía ser atormentarme,

Llenarme de culpas hasta llevarme

A escenas nunca del todo olvidadas.

 

Parecía una sala funesta de ejecución,

Con cientos de voces que a mí se referían,

No había una salida, no había un perdón,

Sólo caminos oscuros que se mostraban,

Con muertos que al verme se levantaban

Y personas vivas que a mi paso morían.

 

Gente que lloraba y suplicaba no sé qué,

Que extendían su mano buscando ayuda,

Otras me empujaban, la razón tampoco sé,

Había en sus rostros muchísima tristeza,

Inocentes que me culpaban con certeza,

Culpables defendiéndome con cierta duda.

 

Hablaban de suicidio, de pena, de muerte,

Hablaban de un llanto que no podía cesar,

Me gritaban mucho, maldecían mi suerte,

Me criticaban a gritos mi manera de vivir,

Ya todos se habían olvidado de cómo sonreír

Y no hacían otra cosa que llorar y llorar…

 

Había una total y absoluta oscuridad,

Ninguna luz se veía al final del camino,

A gritos se quejaban de su gran soledad,

A gritos tantos insultos horribles pude oír,

Con una profunda rabia queriendo escupir

En las migajas de felicidad de su destino.

 

Iba caminando entre gritos y empujones,

No sabría describir aquellos sentimientos,

Todos lloraban y gritaban sus razones,

Llevaban en eso quién sabe cuántos días,

Desechando todo lo que eran sus alegrías,

Convertidas ahora en terribles sufrimientos.

 

Me desperté alterado, no era para menos,

Aquel sueño en pesadilla transformado…

Sin embargo, puedo decir que son buenos

Los resultados de oír qué decía cada voz,

Ya sabía qué sienten los que están con Dios

Y ahora sé qué sienten… los del otro lado.