Pablo Diaz

Absurdo

Quisiera ser el ladrón que

le robe tiempo al tiempo

para dártelo sin prisa, sin

que el péndulo nos marque

despedida.

 

¡OH implacable tirano!

déjame ser, de mí vida, mi

verdadero dueño, que mis

días y mis noches las use

como yo quiera, que

camine por el mundo

como el viento.

 

Dame un respiro, olvida

que en tus fracciones me

tienes inscrito y que a tu

transcurrir estoy atado,

no me persigas tanto.

 

Te ufanas…recordándome

que posees el más grande

de todos los poderes que

Dios concede, sin que yo

pueda negarlo.

 

Pero, un día, habrás de

echarme de menos; me

alejaré de tu lado, tan

distante como pueda,

donde no vallas a

tocarme, donde

permanecerán a salvos

mis pensamientos.

 

PABEDIZ