marco augusto

La primicia

Mi mano áspera de hombre

acarició con ternura la pequeña curvatura de su cintura,

sentí como se estremeció su cuerpo de ángel

ante las caricias que le obsequiaba mi avivada pasión,

vi emerger de sus blancas mejillas un suave rubor

que me llenó la vida de hechizos,

sentí en su mirada inquieta la intima anuencia de la primicia

y entre el jardín florido de mi amor el capullo de su edad 

afloraba con prisa,

un silencio de besos estremeció la noche

y entre mis brazos y con el consentimiento de  noche

me ofrendaste  la joya mas apreciada de tu hermoso cuerpo,

hoy  amaneces con nueva vida, amada mía,

 porque  desde hoy serás

mi amante, mi confidente y mi eterna amiga .