Geovani

Princesa de oro y plata.

 

Nos miramos sin decirnos nada,

escuchando los latidos de tu corazón nace una palabra,

tan bella como tú, sale de manera inesperada,

la más hermosa que he escuchado en nuestras noches desveladas.

 

Signo indeleble, permanente en los pétalos de las rosas,

los que caen sobre tu cuerpo y cubren nuestra alcoba,

hacen más suave tu delicioso aroma perfumado,

se posa en mi pecho tu corazón enamorado.

 

Bellos instantes pasamos en el balcón, los dos sólos,

abrazados bajo la luz de la luna como dos novios,

matizando el cielo gris y ámbar del otoño,

escuchando las canciones de los grillos y sus tonos.

 

Luces que se reflejan en tus hermosos ojos,

queda atrapada en ellos la noche y sus misterios silenciosos,

eres tan bella y hermosa; ¡ay amor, qué preciosa tu sonrisa!

llenas mi corazón con tu inmensa alegría.

 

Renaces cada noche de verano, cada rosa de primavera,

eres eterna, se cumplen nuestras promesas con la caída de las hojas secas,

blancas palomas vuelan, como cuando nos besamos por vez primera,

se abren las flores, las ilumina una luz azul con tu presencia.

 

Me llenas de tu ternura sublime,

con cada uno de nuestros besos logro descubrirte,

entre la niebla espesa de ésta noche bella no dejas de sonreírme,

mientras las nubes dejan que las estrellas brillen.

 

El viento mueve muy suave los rosales,

rodeados de nuestra ternura constante,

llenas de amor completamente al paraje,

desde el principio de la noche hasta sus momentos finales.

 

El tiempo se detiene de manera errante,

se ha quedado estático y se lo lleva el aire,

ya no existen para nosotros los minutos iguales,

contemplo toda la noche tu cabellera mientras se cubre de una luz suave.

 

¡Que bella eres mi princesa! Con tu aire de dama misteriosa,

¡Vivo en ti y tú vives en mí! Con el aroma y la luz de todas las rosas,

en una palabra expresas nuestro amor, vas a decírmelo,

mientras mis sueños se abren sobre los lirios.

 

Mi corazón lo tomas en tus manos con cariño,

con todo ese amor que hace crecer las flores cerca del río,

las que llenan con su fragancia el bosque y los pinos,

la llama que dirige nuestro romántico destino.

 

“Todo tu amor en una palabra me lo diste, ¡Te amo! Así esa noche, con todo tu amor me lo dijiste, en mis labios una clara contestación leíste, ¡Te amo! Salió de mi boca para ti mi princesa de oro y plata, mi niña hermosa, mi risueña amada, ecos de esas palabras se escuchan en la habitación ésta madrugada, entretanto con mi amor lleno todos los rincones de tu alma.”