Diletante

SONETO XIV

 

El llanto cálido en mi plena faz

(resbaladizo, límpido, salobre)

no es cosa que en los ojos me resobre

pese al disgusto de perder la paz:

 

 

no me lo impongo porque así nomás

buscando convertirme en uno pobre

sin placidez para que me las cobre

el mal latente hasta de mucho más.

 

 

Así que en cuanto al lloro es por demás

decir que en parte me haga falta o sobre

-que yo intervenga en su verter veraz-

 

 

pues entretanto que de buenas obre

en derramarlo a lo bien, además

no habrá pujanza que jamás recobre.