Luis F. Barrantes

Tempestad

Qué horrible oscuridad,

que allá lejos, en el horizonte,

nos anuncia la tempestad.

 

Poco a poco ella se acerca,

entre truenos y rayos que alumbrarán;

las gotas de lluvia, ahora escazas,

pronto en fuerte aguacero se convertirán.

 

Cómo llueve afuera... Qué triste es la lluvia...

Al igual que adentro de mi alma está,

lloviendo recuerdos de un triste pasado,

cuando un cierto amor tuvo que terminar.

 

Pero igual que sucede con la tempestad,

ya pronto termina, regresa la calma,

y aquí, en mí mismo, muy adentro de mi alma

se aquieta el recuerdo, se aquieta el afán.