Pablo Diaz

Fuga

Anoche dejé mi cuerpo

 arropadito en la cama y llevé

 mis pensamientos por el

 mundo de los ritmos bailando

hasta la amanezca, como si

fuera resorte que al piso va a

caer, con mucha elasticidad y

sin cansancio ninguno.

 

Lo primero que bailé fue un

bolerito de ayer que Los

Panchos interpretaron

dedicado a una mujer, luego

 estuve recostado de un pecho

 como ninguno que me

mostraba las vueltas del

sabroso son montuno.

 

En eso se oye una vos diciendo

 con mucho apuro: nadie

cambie de pareja que ahora

viene un merengue; a bailarlo

 suavecito y muy bien

apanvichao meneando la

cinturita pero en un solo

 cuadrito.

 

Y suena Carlos Gardel con su

tango más escuchado diciendo

que vente años nada es para

enamorados, al rato, una

cumbia colombiana de esas que

se bailan bien y todos al mismo

 grito: fiesta hasta el amanecer.

Se apareció el Rey David, junto

con sus mañanitas, apagando

 de repente aquel rayito de

luna que alumbraba las

venturas de esa noche de

placer.

 

A recogerse, mi

hermano, que ya no

hay nada que hacer.

 

PABEDIZ