SelenioE

Placer hasta Doler, parte 3

Al ángel con las manos llenas de agua limpia

lo he bajado del viento, ahora es mujer.

Y está en mi regazo, quieta, oyendo

el relato escrito con sus plumas y su tinta.

Una pluma por palabra, una pluma punta roja.

Una historia de clamores, que va de ventana en ventana.

 

Secreta y marcada sea la noche,

el número de las noches juntos

en labor de trazar las marcas, las fronteras

entre lo vivido y lo anhelado.

 

Tu pelo tibio, abierto al rumor,

tocado por la luz leve de la vela,

gota a gota, dando pasos.

Ojos abiertos que se cierran

sintiéndose bordar, gota a gota ardiente

el sello que no ha de ser roto por nadie mas.

 

La pedantería que te impregnaba

Yo la lavé, ya no está.

 

En tu dulce locura olvidas que

tu belleza es la belleza tuya.

Gota a gota, quemante, inolvidable.

Me miras y te beso

con besos de sal sobre tu donaire herido,

con lengua de arena sobre lo enrojecido.

 

He de llevarte al punto donde tu ser

se vuelva un beso al olvido.

He de llegar a sentirte disuelta y quieta

en mi lengua, ida a ratos

y mirar tu carne viva con los ojos de mi boca.

 

Te junto y te disperso cuando me lo pidas,

esa es mi labor...