Te conocí un día del ayer,
Te ame desde que te vi,
Y sin conocerte,
Mi vida fue para ti…
Te vi por única vez,
Y nunca más pensé volverte a ver,
En la vuelta del destino,
Sin darme cuenta,
Pudiste permanecer…
Mucho tiempo pasó,
E inconscientemente,
Viviste en mi interior…
Un día cercano al presente,
Te volví a ver,
Y en aquel momento sorprendente,
No lo podía creer…
Pensando en que nuestros caminos se podrían unir,
No dudé en hablarte y sonreír,
¡Y qué alegría más grande!
Sonreíste tú también…
Y desde aquí todo fue tan bien,
Conversamos por primera vez,
Y diste brillo a todo mi ser…
Te esperé en cada amanecer,
Solo para poderte ver,
Dabas alegría,
Aunque sin vida me veías caer…
Tanto me comprendías,
Me demostrabas que me querías,
Yo pensé que me podrías hacer feliz…
Ilusionaste mi vivir…
Avanzó y avanzó el reloj,
Pero todo en ti cambió,
Un día no me hablaste,
Y todo en mi cayó…
Despreciaste mi amor,
Después que tanto me ilusionaste,
Un “NO” fue tan redundante,
Que mil cuchillas me clavaste…
Sin parecer suficiente,
Directo a un abismo me mandaste,
Me empujaste y reíste,
Y en el fondo espinas pusiste…
Todo en mi destrozaste,
Mi corazón entero arrancaste,
Lo pisaste y marchitaste,
Y sin remordimientos,
De todo te burlaste...
Tendido en un charco de barro,
Bajo la lluvia llorando,
Lagrimas de sangre,
Es lo único que me has dejado…
Humillaste mi alma,
Y de mi cuerpo sin vida,
Agrandaste aún más,
Todas mis heridas…
Y así mi historia terminó,
Destrozó tanto mi corazón,
Que ni polvo nadie jamás encontró,
Mientras en la noche todo se apagó,
Nunca más…
Una estrella brilló…