Jef

Huracán

El viento azota el techo del pobre,
y no alcanza con agachar la mirada
para devolver el martillo
a quién ya no construye futuro.

Sangre brota de la injustica,
de manos que dan pero no tienen,
como si el agua sólo naciera
en mansión de afortunados.

Y el hombre que ya no sueña,
sólo piensa en el pan de mañana.