Sammantha

Querida des-conocida

El viento me dejó con la cara agachada, tras el paso de su inmune pena

Recogiendo piedras me hallaba…

aquí tirada como habitante de ausencias ,

Levante mi mano y pusiste en la palma una piedra,

Pero yo conocía tus dedos… y sin mirarte a la cara.

Me alegré circunstancial mente.

Tu gélido aliento me estremeció los parpados pesados.

Pero sin embargo…

Te reconozco amiga.

Con la ropa rasgada y los rastros de rímel corrido que también tiñen tu sonrisa.

No te conozco, no, pero sé de ti. En otra vida.

No te conozco, no pero te pego las plumas a tu omóplato… las plumas… que también recopilo.

Quizá algún día vengas con ellas en este espacio real, y no a nuestras mentes ajenas que nos juntan en jeroglíficos autistas.

Así que vuela amiga, lucha, lucha mucho.

No te dejes caer, no ya no llores porque has rasgado la almohada.

No grites más amiga que hieres a mis células ciliadas… conecte al corazón.

Toma mi mano, ven…

Que la muerte nos acompaña a todas horas del día.

La vida a la derecha también… que está más presente.

Y le das vida a la propia muerte.

Deja de llover…

 

Sammantha

A Alexandra