Rostana

Tenía instintos asesinos pero me controlé

Tenía instintos asesinos pero me controlé; celos estúpidos, cuando la puerta cerré: de verte sonreír bajo mi nube gris.

La hoguera que me quemaba y que poco a poco me devoraba, hacía que cada respiro exhalado, fuera un te quiero desesperado.