Carlos R. Barrera

Solo un mundo sin vida...

¿Cuantas veces mis manos han sujetado las tuyas?

¿Cuantas veces he mirado el abismo de tus ojos?

¿Cuantas veces he acariciado tu rostro entre sombras?

¿Cuantas veces en mi boca han reposado tus labios?

 

Tantas veces te he dicho al oído que te amo,

tantas veces hemos caminado la mano,

al centro del jardín, junto al viejo olmo

abandonado cada año en verano.

 

¿Cuantas veces sonriendo has dicho que me amas?

¿Cuantas lunas han pasado siendo mis sueños tu almohada?

¿Cuantas noches tormentosas has encontrado la calma?

Regocijada entre mis brazos, cual ingenua joven enamorada.

 

Son tantas virtudes encontradas en ti que numerarlas quisiera,

pero sería tanto, como querer contar las estrellas del cielo,

tus gloriosos dones son la luz que ilumina por doquiera,

cautivando amores sinceros, que en mi, tu estadía es solo anhelo.

 

Has cambiado tanto mi vida, que ahora soy alguien mas,

nunca un cambio lo has echo para mal, alegría me da,

pues en cada una de tus dulces victorias a la vida encontradas,

has puesto en mi la ingenua sabiduría del sabio falto de edad.

 

Son tropiezos, armoniosas enseñanzas del tiempo,

amigo incorruptible, fiel a la tempestad, a la calma y a la mar,

que en sus aguas lleva mis lágrimas hacia ti... Hacia ti.

Contemplando la tristeza reflejada sin remedio en mi mirar.

 

Me he tomado la libertad de decirle al viento que eres mía,

de pedirle a la lluvia que lave con sus gotas mi pena,

que contempla cuando caen una a una cual lágrimas frías,

olvidando una cosa... Que eres tu astro rey y yo...

                                         Solo un mundo sin vida...

 

 

                                                                  Carlos R. Barrera