Rafael Riofrio Tacuri

Divino presidio

Anoche fui cautivo

de tu pasión

Volví a sentir

el calor de tu piel

Sentí la entrega

mutua del amor

El ritual

de tus tiernas caricias

Y el susurro

de tus palpitaciones

Ahora estoy amor

en tu divina y exótica mansión 

Allí me siento

esclavo y zar

Otra vez

“en la cárcel de tu piel”