YoKo

Mecánica Cuántica

Cada sábado último de mes, solía sentarse sobre aquel sofá de un ahora azul deslavado. Tomaba el libro de mecánica cuántica en la espera de comprender, quizá un vector más del universo. Ese día fumaba un puro cubano y con él, una gran nube de moléculas flotaba, y yo con ellas jugaba.

 

A mi padre en el que sería su aniversario 57

Cuando el sol se suspende sobre el polvo
y el silencio fallece en la percusión de mi corazón,
puedo distinguir su sombra de humo,
muta sobre mis pupilas, vive de mis recuerdos.

Las partículas se transforman en vectores,
con sus pasos en ideas y las ideas en sistemas.
Sobrevive en la mecánica cuántica de mi cerebro,
en la tuerca de mi memoria, sutil teoría.

Así permanece, suspendido en el aire,
como la molécula que construye mi autopoiésis
en el ensamble de mi estructura atómica,
la razón heurística de mi existencia.

Clavel Rojo

Alejandra P. Rodríguez Espinosa. Todos los derechos reservados.