Monica Landini

Una amapola

Amapola doliente, que agonizas

en llovizna de pétalos rugosos.

Te has tornado tan frágil, quebradiza,

porque la mano cruel cortó tu gozo.

 

Dedos guiados por el desatino

de tu esfera vital te separaron,

y hoy ves desfigurado tu camino,

pues mortaja de olvido te asignaron.

 

Las fuerzas te abandonan lentamente

y peleas exhausta los instantes;

el tallo ya se corva de impotente

demostrando tu afección constante.

 

Bailotea la muerte amenazante.

Se diluye tu savia bienhechora;

mañana te habrás ido, pero antes

dejarás tu lección de última hora:

 

Nutrimos dentro nuestro, fieras garras

que habrán de proveernos lo anhelado,

sin ver cuán brutalmente se desgarra

aquello que creímos tan amado.