Pablo Diaz

El arma del poeta.

Con sus letras empuñadas,

cuan fusiles en la  guerra,

 así se encuentra el

poeta…hurgándose el

pensamiento sobre las alas

del viento, buscando musa

escondida entre alegría y

sufrimiento.

 

Cuan espejo reluciente,

exhibe su repertorio

alelando corazones con

balas de sentimientos que

expulsa su abecedario que

no es más que la trinchera

donde tiene el arsenal.

 

Así se encuentra el poeta

viajando a cualquier

lugar no importa si es día

o noche, tampoco la

lejanía su pensamiento

traslada a ponerse en

sintonía con la musa del

momento.

 

Ser poeta no es de tonto: es

moldear los sentimientos

con infinita pasión y

sacar del corazón los

latidos invertidos que

causen admiración como

lo hace el soldado que

 tiene fusil en mano.

 

PABEDIZ