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El silencio es ruidoso,
en la esquina veo la lluvia besar la tierra
veo colinas de gentes, derrumbarse por las calles,
van tintineando sus brazos en un azar de enamorados,
un suculento cuento de besos volados.
y voy enumerando: caricias, abrazos, besos,
noches, lunas, pasiones, velas y vinos.
pierdo la cuenta, soy tesorero del amor.
La tormenta moja al poema, la calle, el beso
y los sucumbe en su mar de dudas
en un solo, de vientos
que van confundiendo las respuestas
y yo frío de cal y de infiernos te digo:
Cuando la puerta del amor viene en forma de nube
Y el recuerdo tiene perfil de un cielo
Y un suspiro te sacia el hambre
Y un beso la sed,
Y lo eterno se hace corto
Y un segundo es perpetuo,
Y se traban las lenguas
Y se engrandecen los sentidos
Y se cuaja un verso
Y todo es diferente.
Locura contable en un suspiro,
y ahí va esto de nuevo en un
asedio de ósculos,
embestir de agasajos,
guerra de suspiros,
furia de resquicios
y una pasión...
El repertorio de excusas agoniza,
ya no hay palabrería que alcance
el lenguaje, es un término
los pronombres se te olvidan
solo son tu, yo, somos nosotros
Y no hay más...
Los vocablos se visten
de verborrea inútil
y por fin ya desistes
y pronuncias
Mascullas
Balbuceas,
Un sigiloso y tímido:
Te amo