ALVARO J. MARQUEZ

...Y DEJAMOS DE SERLO

"Casada, con hijos, cambiada te encontré/ y eso me dejó una sensación triste./ Vive aún la mujer que busqué,/ pero la que amé… no existe".

 

Por caminos paralelos viajaban nuestros destinos,

Por esa razón desde muy niños fuimos vecinos

Y además, todos nos veían siempre muy unidos…

Tanto coincidíamos en nuestra manera de ser,

Que llegábamos incluso hasta a parecer

Unos noviecitos muy comprometidos.

 

Pero de eso tú y yo no sabíamos nada,

La vida la teníamos como pintada

Para estar muy juntos todos los días.

La risa de ambos también nos unió,

Pues te hacía reír todo lo que decía yo

Y a mí también, todo lo que tú decías.

 

Éramos niños sin malicia en nuestras mentes,

Intercambiando algunas miradas muy inocentes

Y sonrisas llenas de tanta ingenuidad…

Tú jugabas a ser doctora, yo al policía,

En un mundo nuestro de total fantasía

Donde absolutamente nada era verdad.

 

Yo a veces no pasaba del portal,

Pues por haberme portado mal

Me imponían un duro castigo…

Y tú podías hasta verme llorar,

Porque no me querían dejar

Salir a divertirme contigo.

 

Jugabas con tus muñecas en casas chicas,

Yo reunía siempre todas mis canicas

En los bolsillos de mis pantalones.

Más de una vez te invité a jugar yo

Pero tú muy seria me decías que no,

Porque ése era un juego para varones.

 

A veces también discutíamos,

Una pareja de loritos parecíamos

Pero no duraban mucho nuestras riñas.

Tus muñecas querías compartir,

Pero yo no las podía recibir

Porque eso era juego de niñas.

 

De pronto un día todo nos cambió,

La vida que nos unía nos alejó

Y no nos vimos por varios años

Y un día volvimos a estar frente a frente

Y tanto tiempo no fue suficiente

Para vernos como dos extraños.

 

Habían quedado atrás, en la distancia,

Todos nuestros juegos de infancia

Eran páginas leídas y ya cerradas.

Se mantenía aún nuestra risa,

Pero ya no había ingenuidad en la sonrisa

Ni inocencia en las miradas.

 

Ya no había canicas en mis bolsillos

Ni éramos ambos dos chiquillos

Pendientes sólo de un juego…

Atendimos a la promesa los dos

De convertir aquel lejano adiós

En un prometedor hasta luego.

 

Dejamos salir con mucha ansiedad

Sentimientos que por razones de edad,

Habían estado siempre ocultos…

Y fue así como aquel amor inocente

Se convirtió con los años de repente,

En loca y ardiente pasión de adultos.

 

Tenemos recuerdos que no quieren irse

De dos niños que querían volver a reunirse

Y les bastó con sólo quererlo…

Para darse cuenta de que eran pequeños,

Inocentes hasta en sus sueños

…y un día dejaron de serlo.