PatrizziaMoraty

Vengo ante tí

Vengo ante ti, cansada, triste y humillada.

La maldad de mi corazón me ha ahogado

no encuentro felicidad, ni paz, ni nada;

en agonía me encontraba…

Cuando entre tus brazos me has tomado.

 

Me amaste siempre, ¡Pero no a mi pecado!

Llamaste  a mi puerta.

Yo no respondí a tu llamado;

preferí servir al mundo vano y desquiciado.

Y aún así con tu santo amor,

no dejaste mi Señor, de extender tu santa mano.

 

Mis pecados me envolvían cada vez más,

más ataduras y vendas colocaba Satanás.

Las mentiras eran mi pan de cada día,

en mí no había paz, me sentía sola y vacía.

 

Pero tus bondadosas manos tocaron mi alma

sentí tanta dicha, tanto amor. ¡Tanta calma!

Me viste de nuevo y creíste en mí,

sembrando la semilla para que yo crea en ti.

 

Tus Manos tomaron mis manos

tus Divinos ojos restauraron mi espíritu

quiero alabarte por siempre y no apartarme de ti

sé que no será fácil, pero si voy Contigo…

¿Quién contra mí? ¡Qué mi boca cante tu grandeza!