atilette

A la luz de la tierra

Azul la mañana es azul...
Y yo al otro extremo corro por ti
una noche blanca despego de mi
y encierro su horizonte en un baúl.

Corro hasta la cuspide de la luna,
donde el aire no existe, y puedo dormir.
Duermo, en la cima de la arena libre,
en el nido de un vacio sin descubrir,
virgen de amores y recuerdos tristes,
ahi mismo me acurruco, y espero por ti.

Cántame Mañana, como serafin sensible,
cobalto puro y humilde.
Cántame mientras te conquisto y te juro
que el corazon que traje anda desnudo
y que solo la mano de Dios puede vestirle.

Cántenme cuerdas que en el espacio
solo yo las escucho,
Cántenme estrellas, celebren la bienvenida
de una nueva hermana.

A la luna inexplorada,
alta y ausente de planeta,
subi para demostrarte;
que no estoy cansada,
que por ti nuevamente soy poeta
y que en el firmamento de la letra
vuelvo a estar enamorada.

Y tu, me amas?
Pues firma! firma aquí en la arena!
Porque aquí no se borra,
aquí no se condena,
aquí en las alturas,
no hay rafágas en pena.

Sólo estamos tú y yo,
a la luz de la tierra.