Ingrid Victoria

CUBA

Con el tiempo me has enseñado a parir una sonrisa bajo lluvia.

Porque ese día que me despedí, sentí la agonía del adiós.

Pero solo ese día…                                     

Miras las alas que dices ver, aunque a veces yo no las sienta y a gaché la cabeza.

A pesar de que  el tiempo es como un estallido en explosión, son muy felices mis días, son muy agradecidos.

De repente,  en una  mirada sostenida me revelas  tu cariño,

Y la endereza de tus pensamientos son mi paz, mi templo, mi bendición.

Algo testarudo, menso, estupendo, eres.

Si! ,  así eres!

Testarudo pero autentico,

Menso pero no estúpido,

Estupendo y mas que formidable.

Pasas por loco pero no inadvertido,

Pareces un niño,

Tu corazón transparente.

Haces  siempre así, y con rebeldía tiras  una sola carcajada.

Juegas agarrarme de la mano y hacerme reír,

Y todo, absolutamente todo! 

Me  lo  arrebatas.

 Todo lo corriges, lo acomodas,

Pero a tu antojo o al mío, lo mismo da.

Eres  como el uno, inconcebible,

Eres como un libro incunable.

Como del frio me sacas al sol,

Como de lo opaco, obtienes el brillo,

Como a mi silencio le crear un sonido, y de mis pensamientos tejes un sueño.

Mientras se andar corre tiando por los pasillos al tiempo;

Sin sospechar… pareces Dios, estas por todas partes!

O quizás no en todas,

Pero si en todas cuanto más te necesito.

Y no siempre para una solución, siempre es solo para verte.

A veces vagos son mis días sino estas.

Pues extraño la camisa roja a cuadros,

Extraño que descifres el código,

Extraño tu ronco vozarrón al hablar,

Extraño al sabio.

Extraño la libertad.

 

Ingrid