Blas Roa

La muerte del profeta

Como acaban las cosas los jueves de los lunes,

A las copas benditas que maldicen su suerte…

A tres vientos tu vientre, a dos manos la noche,

A un cuarto para las doce, un bar de mala muerte.

 

Las flores que se marchitan en la cornisa oxidada,

Del marco de mi coartada en un retrato de vinil…

El pensamiento viril que corroe el metal de mis palabras,

Goza y brinca como cabra las letanías del colibrí.

 

Como acaban las luchas de las lochas inviolables,

Morocotas incansables pululan en el baúl de mi corazón.

Ha de ser, y con razón, que algún día de amor me pasme…

Y como ciego me canse  de ver las riquezas de salomón.

 

Las doncellas mas bellas las escribe un poeta sin el marfil.

Los poemas que enamoran los pinta un mudo al cantar,

El cielo gris de tristeza, esperándote se puso a bostezar,

El que sabe escuchar, cierra la boca de su boca y observa.

 

Como acaban de tristes los finales felices,

Esos que nunca se debieron terminar…

Como acaba de triste la suerte de un poeta,

la muerte del profeta, la sabía el gitano ya.

 

Blas Roa