Diletante

AYER

 

Dándole amor a quien mi vida fuera

rendido ante sus pies no ví más nada

que puro ahogo al vislumbrar cesada

de amor eterno mi feliz quimera.

 

 

Penando estaba sin hallar manera

de urdirle vuelo a la ilusión truncada

herido de alma en la corazonada

de sucumbir en la fatal espera...

 

 

Mas hoy, ¿qué digo?, la razón no quiera

callar de gozo para trasmutada

evidenciar y con sobremanera

 

 

vida que vivo -la que fue muy dada

a darlo todo por quien nada diera,

vida de ayer con su ilusión pasada-.