No me mires, si no vas a ahogarte,
en el mar de pasión que me sofoca;
que me estalla en la piel cuando me tocas,
y se vuelve delirio al contemplarte.
No te acerques, si no quieres quemarte,
en la feroz hoguera que en mi boca,
se enciende si tu aliento la convoca,
al ardiente deseo de besarte.
¿No sabes que a tu lado estoy temblando?
¿No ves que toda mi alma se anonada,
en el beso de luz de tu mirada?
Qué mi espíritu inerme está buscando,
el cielo que tu amor le está negando;
porque si no soy tuyo, no soy nada…