SelenioE

** Carta a la esposa de mi padre ** (XXX)

ADVERTENCIA: el siguiente relato contiene imágenes muy explícitas. No es mi intención ofender a nadie. Si le parecen ofensivas las alusiones explícitas a actos sexuales, por favor no lo lea. Esta vez no hay poesía ni amor.

 

Señora L

 
Se pregunta usted por qué me fuí de la casa. ¿Le parece poco?. Nunca, pero nunca me había sentido tan confundido en mi vida. Yo, que ya cumplí la mayoría de edad y estoy por entrar en la Universidad, que me considero sensato, en éstos momentos no se qué pensar. Por eso me fui, para evitar peores situaciones.


Y es que la convivencia en la casa era... particular. Usted acostumbraba a bañarse con la puerta de la ducha abierta, paseaba sus grandes senos y sus posaderas delante de mi, y bueno, no podía dejar de verlas.

 

Mi pobre padre, ya acusando vejez, viene y se busca una mujer tan caliente como usted. Usted y sus conversaciones descaradas sobre el sexo cuando cenábamos. Usted y sus toqueteos bajo la mesa. Su pie rozándome el miembro, y yo tratando de conservar la compostura.

 

Le perdoné y juré guardar el secreto de esa mañana de domingo, cuando me llevó el desayuno a la cama. Por respeto a mi papá ausente por causa de un viaje, y porque pensé que no se iba a repetir, yo consentí que usted me diera ese masaje que insistía en darme. Lo que pasa es que sus manos fueron directo a masturbarme, su suavidad sobre mi pene endurecido. Y no paró sino que su boca atrevida coronó hasta el éxtasis, chupando hasta dejarme literalmente seco.

 

Pero lo de la semana pasada no se puede repetir. Mi padre no se merece una traición de su propio hijo. Yo creo que usted me drogó. Y a mi papá también, porque a pesar del ruido que hicimos, no se despertó.No voy a decir que no me gustó. Gocé bastante con usted, pero no es la idea. Usted es insaciable. Su calentura no tiene límites...
Me acuerdo de pocas cosas, pero sí me sentía bien excitado. Sus tetas casi me asfixian. Tan suaves y a la vez pesadas, los pezones bien parados, me costaba mucho respirar y besarlas a la vez. Usted y su descaro, luego guió mi cara a su entrepierna, ofreciéndome su papo jugoso e hirviente para que bebiera hasta tener mojada toda la cara. Lo mejor fué cuando se puso boca abajo en la cama, alzó su gran culo, abrió con sus manos, clavando sus largas uñas rojas en las nalgas y me pidió que le taladrara el orto. en ese momento estaba tan enloquecido que accedí, lo hice con todas las fuerzas que pude. Tan cálido y estrecho lo tenía, que aullaba como una loba en celo. Usted es una fiera. Se movía con tal fuerza que temí por mi integridad. No le bastó con que casi me desmayara al acabar, usted quería mas, siempre mas...

 

Por eso me fuí. Por verguenza y por no convertirme en su esclavo sexual. usted necesita ayuda. Por favor búsquela.

 

Su ex-hijastro.