Francisco Barreto

PARA ESTA HORA HE LLEGADO

 

 

 

Hoy mis ojos han visto

Aquello que esperaban  ansiosos.

Hoy mi corazón ha sentido

La confirmación de la petición

Añejada y madurada

 En los toneles de la fe de los antepasados.

 

Hoy hizo su debut en este lado de la eternidad

El primer hijo de mi hijo Gabriel.

La sangre sigue corriendo a raudales

A través de las venas inertes

De los antepasados preteridos

Oh, fluidos y hematíes  que determinan

El rasgo fisonómico  y el vivo trasunto genitivo

De los seres humanos.

Bienvenida seas herencia.

Bienvenida Sangre que circula

 Las encrucijadas de los tiempos

Y las arterias de la virtud

Analogía placentera

Por ser comprobada

En el gen que no disimula

Su protagonismo.

Mis labios pronuncian:

“Para esta hora he llegado”

Y tajante profiero: ha llegado

La salvación al hogar de mi hijo l

Por su primer hijo.

Trae envuelto en su pie derecho

Una cinta de colores de libertad

Destino preciso: La tierra.

Encomienda: generar alegría

Recursos disponibles: el Poder de Dios

 

 

Como dijo Zacarías, el anciano profeta

Y padre  que tuvo que quedarse mudo

Por no creerle a Dios,

Que si vería descendencia

Envuelto en su desesperanza

De alegría lleno exclamó:

 

 “Y tú, niño, serás llamado profeta del Altísimo;
Porque irás DELANTE DEL Señor

 PARA PREPARAR SUS CAMINOS;
 Para dar a Su pueblo el conocimiento de la salvación
Por el perdón de sus pecados,
 Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
Con que la Aurora nos visitará desde lo alto,
 PARA DAR LUZ

A LOS QUE HABITAN

 EN TINIEBLAS Y EN SOMBRA DE MUERTE,
Para guiar nuestros pies en el camino de paz.”

 

Tu padre velará por ti

Con juramento de pacto,

Se comprometerá activamente

En tus intereses.

Proveerá de alimento tu vientre y tu alma

Y sobre todo alumbrará tus pasos

Para que no tropieces con la inoportuna piedra.

Y esto por medio de la luz conque

 También fue alumbrado él.

Él te ayudará a distinguir a tus enemigos

Y te dará la llave de las puertas de tus sueños.

Tu padre se regocijará en la puerta de su casa

Cuando te viere venir de la mano con la virtud anhelada.

Y tu madre será alabada en las plazas

Por tu decoro y procederes  de sociedad doméstica.

Nunca NADIE verá tus espaldas en retirada, NADIE

Tu padre te protegerá ante los infortunios

Sorteados al azar.

SI HA DE QUEMAR LAS NAVES POR TI

lo hará sin duda alguna.

Te enseñará en el aula de la vida

Y en el plantel de la realidad,

Dentro de la parcela del reconocimiento

Te graduarás, seguro que si.

Tu padre te guiará a desechar lo simulado, a abrazar lo original

No tardará en decirte cuáles  cosas son dignas de imitar

Y sobre toda enseñanza,

Te mostrará la ventaja de perdonar a tiempo,

A tiempo de que la herida se gangrene

En el corazoncito que bombea tu vida.

Y tan seguro estoy que como ALMA FUERTE

Tu padre te dirá:

 

“No te sientas vencido, ni aún vencido

No te sientas esclavo ni aún esclavo

Trémulo de pavor siéntete bravo

Arremete feroz aunque estés mal herido”

 

 

 

No desmayen ambos NUNCA.

En estas mis postrimerías de abuelo

cuando me empeño en mantener la rimbombancia

Y los protocolos que remiran los valores.

El que nunca se cansará, por tedioso que sea

De recomendar la retirada en los momentos que se amerite

Me podrán tildar de soñador

Me podrán llamar “nebulizado  idealista”

Pero no dejaré que se olvide

Que todavía la vida vale la pena vivirla

Que hay posiciones innegociables en ella

Que la hacen extremadamente atractiva

Y por mantener ese talante de valentía

Ella te paga con ponerle

Al mundo tú nombre

Y sin que tengas tiempo de percatarte  de eso.  

Se que seremos  criticados

Y hasta mal interpretados,

Que por mantenerlas seremos

menospreciados por no bailar a su compas

Nos pondrán rótulos y etiquetas

Pero no puedo seguir adelante

En medio de esta desiderata,

Sin que no cuele aquí

La promesa de Dios

Que sigue vigente:

 

“Traspasaré mi bendición a ti y a tu familia

Hasta mil generaciones”

 

 En un aparte de la vida

Del legendario Rey David

La gloria eterna del pueblo santo,

Le increpó a su joven hijo Salomón

 

“Y tú, Salomón (Gabriel), hijo mío,

 Reconoce al Dios de tu padre,

Y sírvele con corazón perfecto

Y con ánimo voluntario;

Porque Jehová escudriña

 Los corazones de todos,

Y entiende todo intento de los pensamientos.

 Si tú le buscares, lo hallarás;

 Más si lo dejares,

Él te desechará para siempre.”

 

Ya es tiempo de empezar a vivir por estos campos de Dios...

 

Francisco A. Barreto