Miyagui yuyatsi

El poeta y su amada

 

 

 

 

 

Aquel poeta pensó en su amada,

Y no pudo evitar la tristeza infinita que a su alma agobiaba,

La noche estrellada;

 Corria un viento invernal en la montaña,

(Pronunciaba palabras encantadas…)

Una aurora boreal se dibujaba a la distancia.

 

Impregnado por una utopía innecesaria,

Conjunto al dilema del: que hubiera pasado…

Las románticas estrofas pasaron a segundo plano,

Sin inspiración se encontraba, decían sus allegados.

 

Mas en mente un cuadro literario formaba,

Anestesiándose con versos, una herida él lamentaba,

Hermosas cadencias de sus labios… el poeta exhalaba,

Ahora a quien le dedico?... con esa excusa no las terminaba.

(Y nacía una estrella, cada vez que el poeta pensaba en ella.)

 

Y el poeta se canso de recitarle solo al viento,

Acerca de amores ingratos con pretextos inciertos,

E inspirado en el paisaje, de un atardecer desierto

Pensó en su amada, y lloro por un momento.

 

 Pues a ella el pintaba su cuerpo con palabras,

Le escribía tales versos;( que los ángeles la envidiaban)

Suspiros destila tu caminar encantado,

Constelaciones se rigen al compas de lo inesperado,

Adormeces el alba con tu energía y calma,

Y el universo entero suspira a tu espalda.

 ..........................

Y como un fantasma llego aquel amor casi olvidado,

Quimera del momento, e instante insospechado,

Preguntándose a si mismo, si aquellas razones del pasado

Jugaron con el destino,  alejándola de su regazo.

(Y nacía una estrella, cada vez que el  poeta rezaba por ella).

 

Y el poeta vestido de dudas eternas,

Repasaba con la soledad situaciones alternas,

Y debatía en silencio, experiencias ajenas,

Su corazón agonizando imploraba por ella.

 

Cavilaciones pasajeras…

Para el poeta se convertía en obsesiones y problemas,

Ya sin ella se había olvidado del objetivo de sus poemas,

Aferrándose a recuerdos inventados a seguir esperando,

 Inspiración al cielo pedía… y sintiendo escuchar la voz de su amada

El poeta en calma se dormía.

 

Mas soñando que la tenía enfrente,

El poeta lamentaba los segundos del pasado,

Que pudieron haber sido aprovechado en besos inesperados.

(Y nacía una estrella, cada vez que el poeta le escribía a ella.)

 

Y el tiempo que no perdona,

Se le escapo de las manos,

Los años avanzaron sin demora…

A veces riendo, casi siempre llorando.

 

Y el poeta de vez en cuando a si mismo se decía…

Si no la encuentro en esta vida,

En la próxima me estará esperando;

El poeta sonreía.

..................................... 

......................................

 Eres el mejor motivo para escribir versos de amores,

Y tu ausencia me ha convertido en un soñador de días mejores,

Aunque dicen que estoy loco, es amor lo que hoy yo siento,

Por cada minuto que pasa, son sesenta yo te quieros.

 

Princesa, apresura tu llegada,

La luna  pregunta por  ti en las madrugadas,

Mientras el alba refleja tu sonrisa enamorada,

Que motiva mi paciencia, en la espera prolongada.

 

Eres la mejor causa para esperar una vida entera

Demórate todo lo que quieras, (mas apresúrate mi vida)...

Yo en cambio te seré fiel…aunque a escondidas bese al firmamento,

Imaginando que son tus labios que me gritan en silencio.


Y el poeta continuo recitándole al viento,

Acerca de amores verdaderos con argumentos perfectos,

E inspirado en un atardecer nublado, la vida se le fue…

Pensó en su amada…se rio un rato,

Sabia que pronto el volvería a tenerla en su lado.

 

 

Y llego a tener un mar de estrellas…

Ya que nacía una de aquellas, cada vez que el poeta pensaba en ella.