Me doy cuenta que me haces falta
cuando veo el reloj,
y sé que nunca llegará la hora para verte,
y crece mi impaciencia al saber que estas lejos.
La noche que se aproxima trae una neblina espesa,
turbia, asesina; que impide ver el camino por el que
espero algún día llegues.
el vidrio se empaña de sudor.
Camino de lado a lado,
mis pies ya estan hichados de pasear.
intranquilas mis manos
intentan buscar algo con que quedarse quietas.
No puedo negar el miedo que me rodea,
la presión en mi pecho que no cede
ante los rezos de mi alma a Dios para que
llegue mi amada.
Tristeza se repira en mi alcoba
con cierto olor a vinagre.
Las calles manchadas de lágrimas de los ángeles,
y el reloj que no llega a la hora para verte.
Si, me haces falta, y eso lo noto
cuando las gentes me ven distinto,
no me reconocen mis amigos,
no me reconozco a mi mismo.
Fotografías que abundan en mis recuerdos
y en la caja que tenemos de nuestra historia
el polvo las abraza, junto con las cartas y poemas
que te escribí para esas fechas.
La distancia que nos separa es tan abismal.
Sólo espero que las lluvias, los derrumbes
y las explosiones de la tierra acerquen nuestro cuerpos,
como una vez estuvieron juntos, inseparables, entrelazados.