SelenioE

Versos para una Amiga de ropa interior de encaje negro...

Una figura de tez clara como de mármol,

imponente y segura se viene hacia mí.

Su contoneo se abre paso en la habitación

y yo quiero paso franco en su ser de avena.

Hacerme cargo de su satisfacción,

retirar con hidalguía su ropa interior negra

hecha de encajes que tratan de contener

la abundancia de su voluptuosidad.

 

Se me hace agua la boca y la cabeza

obsesionada me exige poseerla.

La deseo porque es voluptuosa.

Entre sus tetas, el valle de Pandora

contiene todos sus misterios de mujer

hábil, tierna, despiadada y formidable.

 

Ella anhela que la navegue peca por peca,

aferrado a su pelo corto

en una travesía de embates repetidos

como de música para bailar horizontal.

Mi cincel impúdico esculpe

los arpegios de un orgasmo efervescente

que nos impregna a los dos de una estela

olorosa, brillante, lúbrica, caliente.

 

Mi amiga sabe manejar el manjar corporal,

se incorpora en sus tacones puntiagudos,

altos, negros, peligrosos.

Le pedí que no se los quitara mientras hacíamos el amor.

Sus manos tejedoras, su traviesa boca

interpretan delicias en mi flauta

dispuesta por su melodía

y mezclan con avidez la estela y las notas...

 

Me dejo conducir por la mujer, mi amiga

que yo llamo obra de avena y vainilla.

La forma delirante como se maneja

en los placeres, y su forma de ser

es lo que me hace dedicarle éstos versos.