Te conocí cubierta de paisaje, llena de flores que resaltan tu belleza, tu paz y tu amor. Tus ojos reflejan el brillo de tu alma tan delicada y transparente, que solo dejan ver la belleza que desprendes de tu corazón, tu piel, toda tu, con tu forma de ser alagándome en cada párrafo que escribes para mí, llena de nostalgia y amor verdadero. Déjame decirte, que tu amistad de corazón, hizo que mi sorpresa sea tan grande como tu ser, tan bella como el tesoro de ser madre. No puedo explicar con absoluta elocuencia todo el significado de ser yo el portador de tus ilusiones, pero puedo decirte que mis únicas herramientas para escribirte, fueron tus palabras hacia mí, las mismas que, brotándome sin descanso, en un alud de palabras que pude formar en estos renglones que se dirigen hacia ti, logrando que mi mente deje el eterno letargo de soñar, y que sin inspiración, las palabras se diluyan en el olvido. Gracias, hoy pude emprender una pequeña prosa, dejándome llevar por este montón de oraciones, y decirte que te llevo en mi corazón, donde no dejaré que abandones ni tu ni tu pequeño ser que forma contigo y tu alma, la persona soñada de mis ilusiones. Gracias dulce amiga por la paz que me has conseguido como la verdadera musa de amor, para nuevos versos que serán para ti.
José Luis Vega