Phuyu

Fragmentos

Y allí estábamos los dos, bajando por esas calles angostas y solitarias, parecían calles sin fin, caminos sin rumbo, solo los dos. Llegamos a un rió y al costado hay un parque con solo tres bancas solitarias, es cuando mi lata se acaba y te digo: voy por dos más, y, tú me dices te presto la mía...

 Bebimos de la misma lata sentados en el pasto, soñamos en un solo ser. Cogí tu mano, te abracé, no quería soltarte, la realidad vino tratando de despertarnos, pero de un sólo suspiro la espantamos.

Ahora estamos tú y yo en un solo cuerpo.