Miguel Angel Ortigoza García

ALGÚN DIA TENÍA QUE SER

 

A ésta "niña bonita", con amor

 

 

 

Éramos dos golondrinas


encariñadas con veranos diferentes.


Fuimos alboradas y penumbras


de cielos y arenas calientes.



 

Vestíamos togas de anhelos


y harapos de sueños rotos.


Pero teníamos siempre


la fe de un placer remoto.



 

Hoy, corazón mío,


Nuestros caminos se unieron.


Entre tantos desatinos


brujos y santos nos vieron.



 

La voz de Dios dijo: basta


y cesaron las penurias.


Nos encontramos sonrientes


amándonos con lujuria.



 

Ya remontamos la senda


bordeada de alegría.


Podemos sacar a luz


el amor escondido cada día.



 

Puedo gritar que te quiero,

 

que te amo, que te adoro.


Eres mi nueva canción,


mi vida, mi gran tesoro.



 

No hay poema ni poeta


que te pudiera cantar,


tan profundo y ancho sentir


que tú me diste alcanzar.



 

Te amo, mi reina, te amo


con la locura de los vientos ciegos,


con el candor de ángeles blancos,


como a la flor que con mis besos riego.