marco augusto

A las doce

A las doce

llegan las intolerables tinieblas

arrastrando consigo sus pesadas

 condenas,

a las doce, siempre a las doce

se revuelcan mis tristezas

en la oscuridad  de mi alcoba,

los vampiros de la soledad

me absorben las fuerzas

 y no mueren las nostalgias,

siempre con precisión matemática

vuelve el verdugo de las doce

y entre las tinieblas de las altas horas

 muere mi alma reviviéndola,

a las doce de cada noche

le entrego el alma a los recuerdos

y muero  entre las sombras

ambicionando su hermoso cuerpo.