Gustav Steiner

Historias de plazas

Hace poco iba caminando

por la plaza de las Victorias,

y sin querer fuí recordando

aquellas terroríficas historias.

 

Me contaban de pequeño

que en las casas abandonadas

desde muy antaño,

se paseaban sombras extrañas

sin permiso de los dueños,

prendiendo los candelabros

y planeando en las noches

de brujas juegos macabros.

 

También hablaban de duendes,

seres diminutos, feos,

mal educados y verdes

que acosaban a las muchachas,

haciendo favores de buena

gana mientras sus pasiones

ardían como antorchas.

 

La historia que más me turbó

fue la del jinete sin cabeza.

Me imaginaba un no-muerto

cabalgando en su caballo negro

durante las noches de invierno,

atrapando con sus hilos de terror

a la más lúcida consciencia.

 

Después de desfilar por mi

memoria estas y muchas

historias más, lancé una

carcajada de forma inconciente,

aunque nada irónica.

 

Si estas fábulas de "caminos"

estremecen a cualquiera,

no se imaginan las de "plazas",

pues van desde brujas secretarias

hasta zombies mandatarios.