02 DE OCTUBRE DEL 2003.
Entender el proceder del hombre, siempre será uno de los grandes enigmas, porque poder advertir la complejidad con que se estructura su proceder, seria concebir el porqué del universo, el porqué de la vida, y he aquí una cuestión interesante ¿qué es la vida?
Qué es sino una complejidad, que es sino sufrir, sino reír, sino soñar.
Sin amor, sin sueños, sin sufrimiento simplemente no estaríamos vivos.
¿Existirán personas que puedan buscar hasta que grado se pueda sufrir?, ¿Hasta momento y con que intensidad?
Yo creo que si, solo porque saben y tienen como consuelo que en el momento en que ya no se pueda más, siempre existirá un camino, él más fácil, y a la vez, él más difícil, es solo de valientes aunque la mayoría piense lo contrario.
Solo para aquellos que tienen una percepción distinta a la que la multitud hace común para sí mismos, podrán estar encaminados en el rumbo en el que me rijo.
Y para aquellos que fungen como espectadores, que fácil juzgar y criticar, solo el que ha vivido en carne propia podrá comprender la situación ajena, porque, que cómodo reputar y hablar de lo que no se sabe, qué factible tachar, sin fundamento, solo con la razón, y no con el sentir individual.
¿Y a quien culpar?, A nadie, no es valido inculpar, no soluciona, pero aminora el dolor.
De nada sirve el consuelo, porque este solo rebosa en la compasión y esta rebaja para humillar aun más.