Francisco Barreto

A QUIÉNES PERDONAR ?

A la vida le perdono:
La inclemente prontitud de los eventos
Que se sucedieron para brindarme “madurez”

A la vida le perdono:
No haberme colocado en el grupo
De los que nacen con fortuna,
De los que tienen hijos obedientes
Y agradecidos,
Amigos consecuentes y comprometidos,
En el grupo de los que tienen las mujeres
Que desean tener,
De los que no estudian
Y triunfan en la vida.
De los que comen lo que quieren
Y no sufren de colesterol,
Con sus mujeres crédulas y anodinas
Que jamás preguntan mucho
“tu me quieres? A cada rato y cada instante.

A la vida le perdono:
Haberme enseñado que la soledad es mala
Y que el placer exige siempre
Una moneda a pagar.
Que aquello que tiene cualidad de duradero
Sea lo que dure menos.

A la vida le perdono:
Haberse dejado ver
Sólo como un viaje horizontal
Desde el nacimiento hasta la muerte.
Que el dolor dure más que el placer
Y que las situaciones en que debiera
predominar la “Gracia”, el don no merecido
sea donde el legalismo controlador
escoja para asomar su horrible y fea cabeza.

A la vida le perdono:
Que sea tan barata y tan distraída
Al punto que cualquiera dispone de ella
Sin permiso y sin tarifa.

A la vida le perdono:-claro que si-
Que se extinga apenas uno se muere
Y que el concepto de Huérfano
Se haya desparramado por doquier.

A las mujeres que me amaron les perdono:
Haberme dado tanto amor
Hasta la medida de malcriarme.
Les perdono no haber sido más pacientes
En esperar el toque mágico
Y más raudas en aborrecer
Mi aliento cálido
Repleto de flema y confesiones.

A las mujeres que me amaron les perdono:
No haber separado nunca
El afecto de la protección
Y que hayan embalado en una sola caja
A la querencia y al amor.
Pero sobre todo:
El no haber entendido a tiempo
Que las relaciones NUNCA colmarán
la suficiente dosis de fogosidad
Y amor romántico
porque siempre se querrá mas

A mis amigos les perdono:
Su falta de bochorno y de vergüenza
Cuando valoraron la amistad
De forma tan pequeña
Como para que cupiera
Dentro de una billetera.

Les perdono la adulación
Con fines premeditados,
El juicio apresurado y la sentencia
Extemporánea y destemplada

A mis amigos les perdono:
El permitirme contemplar
Sus espaldas relancinas
Cuando emprendieron retirada
En el momento en que la cercanía
Pesaba más que las acciones y palabras.

Les perdono no haberme usado más,
No haberme comprobado mas
En mi servicio comprometido
Y no haber creído nunca que podía
Por ellos caminar la milla extra
Llevando en mis lomos su carga adusta.
El no dejarme demostrarles nunca
Que sus hijos en mi mesa
Derecho tenían de beber conmigo
El vino dulce de mis bienes y virtudes,
Y a partir conmigo el cotidiano pan
Serían siempre dentro de mi entorno bienvenidos.

A mí me perdono:
No haber pensado nunca
Que la vida grata
Comenzaba cuando al fin dejamos
De pensar que existe una mejor.

Me perdono: no haber apreciado a tiempo
Lo que ya es,
en lugar de ansiar lo que podría ser.
El no haber dicho en paz
Lo que tengo es suficiente;
Tal vez no sería hoy un estafado más
Por haberme dejado seducir ladino
A escaparme galopante
De la inexorable realidad.

 

Francisco Barreto

 

extracto de "Requiem Sombrío" del mismo autor...