BlackVizard

(- CiElOs EvAnEcIdOs, AlCaTrAsEs InCoLoRoS... iNsPiRaDoS EnTrE mUrMuLLoS eNdOsAdOs -)

Te embelesas compartiendo tus galas... absorbiendo los celajes entre tus dedos... en caravanas de asueto, y baños matinales de cristales pulidos... al esbozar de los albores, conozco otra mirada de ese reflejo... encontrado en las superficies... donde resquebrajan contra su diáfano marco y añoré por eternidades escuchar tu tacto fino, mientras contemplo el sueño del sol que cuido... respirando su fulgor esbelto.

 

Amplía sus espacios de regocijo... el consuelo del sueño... ayer conciliado en acordes livianos de Líbano, a través de travesías forradas de ceda... por sensaciones envueltas tras el desvelo...

 

Entre oleajes inertes... las estelas bellas del viento me surcan, esperando está ansiosa mi paciencia, pues voy y diferencío del resto... los caudales de navegantes etéreos, en los que en caminata viene de lejos, el rostro posado en la claridad de un día, situado en el infinito y su brecha inalcanzable... a las templanzas desgastadas en el rumbo, cuando la baldosa de la calma se acercó, hasta el lugar relativo... de estoicos vínculos erosionados bajo el renglón sin rima.

 

Divagando en el propósito con las vivencias que nos moran... marchitando al destello las hojas del anecdotario... a los brazos del tiemplo plenamente avejentado, finjo no saber lo que hago hasta ser descubierto colándome bajo los inherentes pies del recuerdo... aquel que hace lloviznar bajo nuestras frondosas arboledas, lo que había esperado en el ayer...

 

Surge cuando nuestra partida la embarca el viento... ventaneados, empuñando solo pinceladas discretas de alegría ante la tristeza que a veces nos aparta del presente... frente a los mares del sonido, mil voces silentes van cruzando un espejo aparente, cubriendo la sábana de mi irreal permanencia... donde nadie podría pronunciar el ovido de sus nombres.

 

En los inocentes licores divinos... me embriaga el delirio perdido por la conciencia, dejado volar en herraduras escarlatas de cera, rasgado a vendabales absueltos del pensamiento... pues solamente transcribo el dictado hecho a mis sentidos.

 

Conversador de ecos poetas... inmerso  en galaxias desconocidas por la mente... en caótica armonía desde y hasta... espirales imantadas, decadentes de décadas aún no vividas (pero pre-existidas como él me dijo) tallando los reguiletes impulsados por corrientes del dulce ensimismo, visitados hacialos amoríos de musas... en ocasiones ajenas... pero tan numinosas, más así de lejanas como el suspiro barnizado por los instantes eternos... del ocaso, hasta el alba del susurro...